martes, 12 de julio de 2016

Expansión de una herida

Hay heridas que inevitablemente deben hacerse más grandes para conocer por si mismas el extremo al que pueden soportar sentir dolor, para así de una vez por todas rendirse y decidir sanar.

Creo que hoy precisamente una de las mías decidió rendirse, luego de miles de lloriqueos y llamadas con golpe de pecho a altas horas de la noche, luego de tanta comparación auto-destructiva y culpa de nadie. Entender que así es la vida en el amor, y así es la muerte en el desamor; aceptación y olvido.

Era ya justo, pues comenzaba a sentirme preocupada por mí y temía que esta tranquilidad nunca me fuese a encontrar y hacer que me pensara las cosas con el corazón afuera y la mente bien centrada... Y puede que una vez más me este dirigiendo a una nueva herida, o que simplemente ya esté tan prevenida que todo lo piense desde el sufrimiento, como si los finales fuesen el coco debajo de mi cama y yo estuviese haciéndole conversación creyendo que así no me devorara y aún así lo termina haciendo

Así es conmigo y con todos, es todo, todo y con su final, una conversación a la que se le acaban todos los puntos de vista por los cuales diferir y no queda más que decir adiós. 

lunes, 11 de julio de 2016

Una vez mas

Las carnes del abatido han suscitado el cansancio como premio para el tormento que imponía un largo camino. Pasaron tantos miedos y tantas desdichas desde aquella declaración dictada por el insensible, que la alegría aunque tarde, pero justa, se impone firmemente, porque bien si enseña la vida, que todo en exceso es malo y aquella tristeza sobrepasó en este caso ya su limite.

Unas cuantas marcas y miles de espejos en las que se reflejan, porque el presente tiene siempre que ver con el pasado, pero para no hacerlo insuperable se riega la mente de nuevas ideas, y a el corazón se le habla seria y directamente para que no se deje envolver, en lugar, se deje desenvolver y pueda lograr volver a querer, un nuevo amor, una nueva historia.

Soy el camino y también la piedra

No quiero recaer en la típica insatisfacción, ya bien cierto decía mi último amor que yo jamás estaba contenta con nada, que jamás nada era suficiente para mí, y ahora que ya no está ni él, ni muchas otras personas a mi lado, me doy cuenta que es así.

Mi inconformidad no me ha traído mas que soledad a la vida, y es que como buena virgo tengo un sentido de perfección incrustado desde para mí como hacía los demás a la hora de exigir.

A veces siento que me fallo, que no doy lo suficiente y que es esa la razón por la que jamás me siento orgullosa de lo que soy, tengo tantas heridas a la hora del té que curar que siento en este preciso momento un gran trabajo por realizar de ahora en adelante, para ver si las cosas pueden de verdad fluir y yo consiga algo de tranquilidad.

Con todo y lo que pienso y reflexiono logro por fin entender por qué es que no soy feliz, y la respuesta es muy sencilla- yo misma no me lo permito.

domingo, 10 de julio de 2016

Una nada. Un todo.

No es el amor una excusa por la que te arrastras y entregas sin razón hasta lo poco que te queda de ella.
No es la humillación tu última opción para ver si puedes recuperar lo que por si solo se quiso ir.
No es la negación un lugar cómodo, pero si fácil al que llegar.
Duele aceptar, duele tanto que parte a un solo cuerpo en infinitos pedazos; unos que se pueden volver a ensamblar, otros que se pierden por completo.

La ruptura de un corazón por un amor al que se le profeso larga vida es quizá uno de los mayores duelos y de mil caminos que nos refunden y nos hacen desconocer de nosotros mismos, apartando nuevas intenciones y empuñando con desconfianza el saco de cualquier otro querer.

Cualquier sentir es inestable, cualquier nueva promesa es comparada con las que jamás te cumplieron, y arañas cualquier recuerdo, como odiando lo que fuiste y lo fácil que te dejaste convertir en lo que eres- Una nada, odiando a un todo.  

miércoles, 11 de febrero de 2015

.gotica.gotica.gotica.gotica.

Hay alguien aquí presente con quién deba disculparme?, que me diga, pa´ besarle si quiere las manos ya mismo. Ésta mala racha, mala vibra, mala, muy mala vida, me destempla hasta los dientes.
Me tiene viciosa, me tiene mal alimentada, solo porque comer me da dolor de barriga. Me trae angustia somatizada en dolor físico y ese dolor físico me vuelve más loca. Me da más vueltas la cabeza hasta vomitar ideas débiles.
Que todo esto a donde me lleva?, que todo esto qué me quiere ahora enseñar?. Las putas lecciones de la vida me tienen odiándola, hacer que la ahogue con una sola gota de agua por lo chiquita que la veo.
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martes, 10 de febrero de 2015

Publicar.

Hoy es uno de esos días en los que mitad de mis ganas, quiere volver.
Estoy mitad cansada, y mitad rendida, se siente como si cada paso fuera falso,
como si cada cosa que hice solo fue un sueño, del que ya me estoy despertando.

Siento que depende de mi decisión, recuperarme o seguir perdiéndome más.
Y no se cual me dolerá más.

lunes, 9 de febrero de 2015

Me acordé .

Me acordé de cuando le escribía cartas a mi papá siendo muy pequeña, yo, sentada en su silla alta de dibujo. Le decía siempre al final, que lo amaba con todo mi ser.
Me acordé de cuando mi mamá me llevaba de regreso a casa de mis abuelos, y yo la veía desde la ventana, llorando, fuerte, casi ni logrando respirar, mientras se la comía la esquina, cuando ella daba vuelta.
Me acordé cuando disfrutaba tanto los sábados con mi papá, era siempre noche de películas, esas noches siempre me quedaba a dormir con él, comíamos hasta reventar y yo luego quedaba profunda.
Me acordé de cuando a veces mi papá me regañaba, y nos enojábamos el uno con el otro, y él siempre terminaba disculpándose con un brownie y un vaso con leche.
Me acordé de cuando se me caían los dientes, y en las noches los dejaba debajo de la almohada, y al otro día me encontraba con dinero.
Me acordé de cuando me sentaba a ver a mi abuelo trabajar, me gustaba como utilizaba sus manos, y creaba cosas, en especial zapatos.
Me acordé de cuando mi abuela hacía la ensalada de remolacha, y yo siempre le pedía un pedacito, para mirarme al espejo que había en la cocina, mientras me pintaba los labios.
Me acordé de ver llorar muchas veces a mi mamá y sentirme tan fuerte en esos momentos, no entendía que era por lo que tanto lloraba.
Me acordé de mi tío, el que me dejaba alpinette, o a veces hasta relojes en mi mesita de noche.
Me acordé  de esos chicles en forma de curitas.
Me acordé de ese programa que tanto me gustaba ver luego del colegio.
Me acordé de las casas miniatura que creaba con cosas, y me metía yo sola ahí, a leer, a ver tv en el miniatura que me habían regalado mis papás para una navidad.
Me acordé de cuando una vez escuché a mis papás queriéndose.
Me acordé de que amaba escuchar a mi abuelo cantar boleros.
Me acordé de cuando me obligué a que desapareciera mi miedo a la oscuridad, aprovechando cada ida de luz, quedándome a solas y poniendo música bajito.
Me acordé de que me gustaba más semana santa que navidad, porque veía más a mi familia unida, compartiendo, y comíamos siempre todo hecho por mi abuela.
Me acordé de que mi mamá me decía manzana rosada y pera madura.
Me acordé del día en que mi prima con solo 7 años, lloraba, se tocaba el pecho, y me decía que me extrañaba, que me amaba con todo su corazón, que volviera ...
Me acordé de que lo que más me daba miedo en la vida cuando pequeña, era perder a mi familia, así solo fuera a uno, siempre miedo a quedarme sola, a no volver a ser feliz, por todas esas cosas sencillas, que hasta hoy vuelvo a recordar.
Durante todo el tiempo que me ha tomado escribir esto, no he parado de llorar, porque me doy cuenta que nunca debí soltar ese miedo, ese miedo a perderlos... Miedo y todo, pero estaba con ellos, y amaba mi vida así, amaba ser esa niña; aunque me doliera más que ahora, el no tener a mamá cada día. Ahora no sé qué hago tan sola, llorando por todo, malgastando mi cariño y evitando ver a mi familia. Una a veces se pierde tanto, que ya le da pena hasta recordar lo bueno, porque ya no parece ser el lugar de donde se viene.